martes, 25 de mayo de 2010

SIN RESPONSABILIDAD SOCIAL

CAMPAÑA SIN RESPONSABILIDAD SOCIAL
Televisa, en la dimensión individual, tiene la capacidad para tomar las decisiones de parar el flujo informativo. Sin embargo, en la dimensión social, falta a su compromiso informativo con lo que afecta el derecho de toda aquella población, que no es menor en número, que busca la información en sus noticieros. Obvio, las personas buscarán medios alternos para acceder a la información, sin embargo, la razón de ser o su responsabilidad social de informar sobre un tema de interés público descendió, por otros motivos, en el nivel de prioridades de Televisa.

La empresa argumentó que decidía detener la información como respuesta a una solicitud expresa de la familia del desaparecido y así proteger a la víctima. Es de reconocerse, al no ser una práctica común en México, que se transparente ante el público una decisión editorial. Lo más deseable sería que se transparentaran los criterios editoriales y no sólo una decisión coyuntural. Pero dentro de todo, el ejercicio de ser honesto con sus consumidores de noticias es de reconocerse.

La decisión tomada por la empresa parecería indicar que se toma partido. Por un lado, la víctima y los procesos de investigación y, por el otro lado, la responsabilidad informativa. La empresa se inclinó por la primera opción. Esta decisión es sumamente criticable basándose en la responsabilidad informativa. El argumentar seguridad de la víctima es una falacia. El responder a una solicitud expresa de la familia del desaparecido es una decisión que cuestiona determinantemente cuáles son los principios en los que se basan su línea editorial, ¿a caso es la petición expresa de la familia?

Sin lugar a dudas llegan momentos en los que debe de haber un ejercicio de ponderación dentro del medio de comunicación. Es decir, se hace un ejercicio en el que se determine si la información en poder del medio se debe de hacer pública o bien no hacerlo, ya que su publicación pondría en mayor riesgo a la víctima. No hay solución a priori a dicho dilema. Es caso por caso. Existen casos en los que se determina que la información guarda un alto nivel de interés público y debe de ser publicada. Puede resultar buen momento para promover que los medios de comunicación se ciñan, en aras de proteger a la víctima y a su familia, a los estándares más alto de la ética y el profesionalismo periodístico. Lo que es cierto es que a la sociedad nunca le beneficia el silencio.

Es innegable que el caso de desaparición de Diego Fernández ha conmocionado a la sociedad y es de alto interés informativo. Corresponde a los medios de comunicación hurgar, cuestionar a las autoridades. Buscar los detalles del caso y ser los ojos y oídos de la sociedad. De ninguna manera es momento, por las razones que sean, de claudicar en la labor informativa. El tratamiento responsable de las noticias produce certidumbre en la sociedad. Lo contrario sería dar paso a entretenimiento informativo, a los rumores y especulaciones.

La claudicación informativa de Televisa en el citado caso se abona a la incapacidad –ya probada– del gobierno federal de ejercer una eficaz política de comunicación. La incoherente y mal lograda política de “informar” a través de comunicados pone evidentes obstáculos al quehacer periodístico, ya que imposibilita la interacción y el escrutinio por parte de los medios a la labor de las autoridades. La PGR y Televisa han decidido administrar la información. Cuando más debería estar fluyendo la información para atender la dimensión social del derecho a la libertad de expresión, la información escasea

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